NEUQUÉN (NA) — El asesinato de Agustina Fernández, la joven que fue a Cipolletti a estudiar medicina, continúa conmoviendo a todo el país. Este jueves familiares y amigos realizarán dos marchas en simultáneo para exigir justicia pero también por su cumpleaños número 20.
Ambas convocatorias están previstas para las 17. Una será en Cipolletti en donde Agustina fue asesinada y otra en donde nació en Santa Rosa, La Pampa.
“Les pido que me acompañen este jueves, ella cumpliría 20 años, me quitaron en cinco minutos la mitad de mi vida. Exijo urgente #JusticiaPorAgustina”, expresó con dolor Silvana Cappello, madre de Agustina.
La estudiante decidió instalarse desde marzo de este año en Cipolletti para poder estudiar medicina en la universidad de la ciudad, como muchas otras personas lo hacen, pero en esta ocasión todo terminó de la peor manera.
El pasado 5 de julio, Agustina fue encontrada asesinada en el domicilio de un amigo con diversos golpes en la cabeza y teniendo convulsiones. Aquel trágico desenlace puso en jaque diversas hipótesis tanto para la justicia, como para la familia.
Pero un cotejo de ADN, declaraciones y videos de cámaras de seguridad pudieron constatar que la muerte se trató de un “homicidio criminis causa”, es decir que la asesinaron para ocultar el robo.
Ante las conclusiones sobre lo sucedido y las pericias realizadas, el Ministerio de Seguridad de Río Negro dispuso una recompensa de 1 millón de pesos para toda persona que aporte datos para identificar al sujeto o de su paradero.
El identikit informa que el hombre tendría: entre 20 y 30 años, mide entre 1.60 y 1.70 metros, es de tez blanca y cabellos oscuro. También tiene tatuajes en su cara y brazos.
Pese a la confirmación de la justicia, Silvana sostiene que Agustina fue asesinada por alguien conocido y que la versión de Pablo Parra, amigo y dueño de la casa donde apareció muerta, tiene ciertas inconsistencias: “El psicópata domina el arte de la manipulación. El psicólogo explica: ‘estos individuos son expertos en la debilidad y vulnerabilidad humana y saben muy bien qué teclas tienen que tocar para manipular a sus víctimas a través la culpa, el temor o cualquier otro punto vulnerable, que saben explotar perfectamente”.