ROSARIO (NA) — Aldosivi de Mar del Plata jugó anoche casi a la perfección y agravó la crisis futbolística que atraviesa Rosario Central, tras derrotarlo como visitante por 2 a 0, en un triunfo que pudo ser más abultado, al cabo de un aceptable encuentro disputado en el “Gigante de Arroyito”, por la ida de los 16avos. de final de la Copa de la Superliga.
El arquero “Canalla” Jeremías Ledesma, en contra de su valla, a los 45 minutos de la primera parte, inauguró el score para el elenco portuario.
Ya en el complemento, Ezequiel Videla, a los 36, alargó la diferencia a favor del conjunto de Gustavo Álvarez.
Aldosivi fue infinitamente superior a una desconocida formación rosarina durante la totalidad del desarrollo y se impuso con absoluta justicia.
El habitual marco con el que suele desempeñarse el “Canalla” cuando juega en su coqueto reducto no halló correspondencia alguna en la paupérrima actuación del equipo de Diego Cocca.
Un Aldosivi bien plantado en el terreno lo dominó en toda la primera mitad en base a un atildado juego de conjunto. Fue tal la preeminencia del cuadro marplatense en ese lapso que el arquero Ledesma tuvo unas cuantas intervenciones de real mérito, performance que no hizo más que confirmar su excelente momento personal totalmente a contramano del resto.
Sobre el final de la primera etapa y en lo que resultó una inesperada mueca del destino en contra del mejor jugador de la cancha, un remate de Iritier desde fuera del área que pegó en la base del palo izquierdo hizo luego lo propio en la espalda del arrojado guardavallas local para introducirse en el arco.
Un cuadro portuario algo más conservador manejó el trámite a su antojo en el complemento aprovechándose de las debilidades de su oponente.
Seguramente presos del mal clima reinante en el estadio, llamó mucho la atención el pobrísimo nivel de Ortigoza y Parot, por citar someros ejemplos.
Cuando el local iba enceguecido en pos de una igualdad que se asemejaba a una quimera, el reverdecido Ezequiel Videla (no marcaba desde 2011) definió el cotejo y casi con seguridad la llave al empalmar sin marcas una pelota que le quedó servida en bandeja al borde del área.
Rosario Central fue despedido por su público con una estruendosa silbatina que confirma el mal momento futbolístico que vive el equipo.