El oro se tiñe de celeste y blanco




El deporte argentino continúa otorgando éxitos entre los juveniles, y el oro se acercó nuevamente ayer en dos disciplinas. El entrerriano Brian Arregui logró la undécima medalla dorada en los Juegos Olímpicos de la Juventud, al vencer en la final de la categoría welter (69 kilogramos) de boxeo al marroquí Yassine Elouarz 5-0, en un repleto Pabellón Oceanía del Parque Olímpico de Villa Soldati. Además, la Selección Argentina masculina de básquetbol 3×3 pudo confirmar el favoritimo previo al quedarse con el oro en la final venciendo 20-15 a Bélgica, en el Parque Urbano de Puerto Madero. Y la dupla masculina de beach vóley compuesta por el mendocino Bautista Amieva y el marplatense Mauro Zelayeta consiguió la medalla de bronce al derrotar 2-0 a Hungría, en el Parque Verde de Palermo.

Arregui fue categórico en el combate más importante de la competencia, con una actuación convincente que hizo verlo ganador a los cinco jurados y generó la explosión del cuerpo técnico, encabezado por Mariano Carrera.

Para el boxeo, fue la primera medalla olímpica desde la de Pablo Chacón, en los Juegos de mayores de Atlanta 1996, en Estados Unidos, y la primera dorada desde Londres 1948, en Inglaterra. A pesar de esa estadística, este deporte es el que más aportó históricamente para la Argentina en los Juegos Olímpicos de mayores, ya que de las 74 medallas obtenidas, 24 vinieron del boxeo, y de las 21 doradas, siete.

La victoria del entrerriano fue contundente y cuatro de los cinco jurados lo vieron ganador 30-27, o sea, vencedor en los tres asaltos que duró el combate. “Estoy muy contento, no tengo palabras para describir esta felicidad. En mi llave tenía los boxeadores más complicados, y en la final me tocó el del otro lado, se veía que era complicado pero pudimos ganar y eso es lo importante”, analizó Arregui.

Los chicos del básquet, con un notable trabajo de Marco Giordano en una jornada decisiva que incluyó una durísima semifinal contra Ucrania en suplementario, lograron superar a la revelación del torneo, para el delirio del público que copó la sede del parque Mujeres Argentinas, y que incluso hizo filas para ingresar desde las ocho de la mañana. Además de Giordano, el conjunto nacional estuvo compuesto por Juan Esteban de la Fuente, Juan Santiago Hierrezuelo y Fausto Ruesga, que es el único deportista argentino que se colgará dos medallas doradas en el pecho en un mismo Juego Olímpico, ya que también triunfó en el torneo de volcadas.

“Es inexplicable lo que se siente en este ámbito, con toda la gente a favor, no se vive todos los días, estamos disfrutando al máximo y no tengo más nada para decir”, aseguró Giordano, la figura de la jornada final.

Pero más allá de la final, donde pese al cansancio el equipo argentino tuvo una buena versión frente a Bélgica, que había vencido entre otros a Brasil, el sufrimiento estuvo en la semifinal. Con un intenso calor, Argentina se cruzó con Ucrania, que lo exigió al máximo y apenas lo dejó ir arriba en el marcador por un par de segundos.

En vóley, Amieva-Zelayeta lograron reponerse anímicamente de la dura derrota en semifinales frente a Holanda, para superar a Streli y Hajos por un doble 21-15, en media hora de juego. “El martes terminamos con una bronca inmensa, porque en el segundo set pensamos que lo ganábamos, pero tuvimos que cambiar el chip rápido, acostumbrarnos a que no siempre se gana. Ya nos había pasado en China (Mundial Sub 19) que habíamos quedado cuartos, pero por suerte pudimos conseguir el bronce”, reconoció Zelayeta.

La dupla argentina se preparó durante los últimos dos años de manera muy intensa, hizo concentraciones en Rosario y Mar del Plata, para intentar lograr el roce necesario contra otros chicos argentinos de su edad.

Amieva, nacido en Tunuyán, fue un “inquilino” en la casa de Zelayeta, hijo de la recordada Ana María Comaschi, quien no pudo competir en heptatlón de Barcelona 1992 por un error de inscripción del Comité Olímpico Argentino (COA).

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