El magnate Paul Allen, cofundador de Microsoft y dueño de los Seahawks de Seattle, murió este lunes en Estados Unidos debido a complicaciones con un linfoma non-Hodgkin. Hace apenas dos semanas había anunciado que estaba recibiendo tratamiento de la misma enfermedad que se le había diagnosticado en 1983, aunque había entrado en remisión.
Adiós: Bill Gates, en un comunicado: “Me rompe el corazón. Fue un querido amigo”.
La triste noticia la confirmaron en su cuenta de Twitter, con una foto suya y una de sus frases: “Mientras trabajemos juntos, con urgencia y determinación, no hay límites a lo que podemos conseguir”. Mediante esa red social, Allen había informado que tenía un linfoma distinto al relacionado con la enfermedad de Hodgkin y había asegurado que estaba dispuesto a luchar agresivamente contra el padecimiento. Pese a permanecer siempre a la sombra de su socio y amigo desde la adolescencia, Bill Gates -se conocieron en la universidad-, Allen era un apasionado de la informática y fue una figura clave en la creación del imperio Microsoft en 1975.