Martín vive en China Muerta y sufrió los 40° de temperatura sin ventilador, ni aire acondicionado. Además, otra vez le tocó viajar a Neuquén con la carne que había comprado hace unos días y tenía en el freezer. Martín no tiene luz, porque vive en Plottier.
El concepto de servicio suele relacionarse con la entrega de un beneficio que satisface una necesidad, a cambio de una retribución, en este caso económica.
Pero para la ciudad de Plottier, la luz no es así, la gente paga por algo que no tiene, que no cumple con satisfacer esa necesidad. Para Plottier, la luz es un beneficio azaroso, no un servicio.
La Cooperativa de Servicios Publicos Plottier Ltda, es la proveedora y “responsable” de distribuir la electricidad a los hogares plotteriense y el hecho de ser los únicos, parece no generarles ningún tipo de responsabilidad, ni siquiera por culpa o presión legal.
Todas las semanas los vecinos sufren algún episodio que involucra un corte de luz, no importa el sector de la ciudad en la que vivan. Nunca podrán comprar mercadería de heladera que no puedan trasladar para que no pierda la cadena de frío. Esta situación es algo que afecta incluso a la economía familiar, ya que impide la previsibilidad de los gastos.
En este calvario los comercios son los más afectados. La mayoría de los locales que venden alimentos cuentan con un grupo electrógeno para mantener la calidad y salubridad de sus productos.
Haga frío, calor, viento, lluvia o sea un hermoso día despejado con una temperatura de 20°, no importa, toda condición es válida para que se corte la luz.
El 4936698 de la Cooperativa, es un número que muchos vecinos ya memorizaron a través de las incontables malas experiencias y las repetidas respuestas que recibieron de los operadores que atienden los teléfonos.
Pero hasta sus empleados son victimas y actores de una doble realidad. La de trabajar en un lugar donde no pueden darle soluciones a los “socios” y la de sufrir la falta de luz en sus propios domicilios.