BUENOS AIRES (NA) — El precandidato a vicepresidente por Juntos por el Cambio, Miguel Angel Pichetto, dijo que tiene “fe” en que el oficialismo ganará “en primera vuelta” y afirmó que representa “las relaciones con el establishment económico, con Nueva York”.
“Los votos son del Presidente, es el creador de este espacio político. Creo que su decisión tiene que ver más con lo que yo represento, las relaciones con el establishment económico, con Nueva York”, dijo Pichetto en declaraciones al diario Clarin.
El dirigente peronista sostuvo que “la Argentina puede asumir los compromisos” externos y que “está en condiciones de empezar a crecer”.
“Si se estabiliza la economía y el tipo de cambio, si Vaca Muerta logra el autoabastecimiento de gas, si se pone en marcha la minería, son datos muy potentes. No es un país pobre latinoamericano, y no quiero despreciar a nadie, pero este es un país importante”, remarcó.
Consideró que Macri lo eligió “para tratar de fortalecer el espacio de la gobernabilidad” y sostuvo que “fue un acto de mucha audacia del Presidente, un acto disruptivo, que tiene una lectura internacional muy positiva porque el elige al jefe de la oposición parlamentaria”.
“Yo trabajaba para la gobernabilidad de las provincias y de la Nación. Toda mi actividad en el Senado tuvo ese eje. Y que las provincias mejoraran sus recursos económicos. El concepto de traición es muy precario, carente de un nivel de inteligencia, es un agravio estúpido. En la política ese concepto tiene otras valoraciones, En general es un punto de fractura con el pasado, cuando uno deja algo atrás y empieza a construir algo nuevo. Por otro lado, las pertenencias políticas están en crisis”, indicó.
Pichetto dijo que “la gente elegirá consolidar la democracia, valores republicanos, un modelo serio desde el punto de vista fiscal, un ordenamiento de la economía, un futuro más previsible para los argentinos, y no un proyecto con un componente autoritario, con ideas locas como modificar la Constitución, la Argentina venezolana, algunas ideas económicas como fuerte intervencionismo del Estado, control de importaciones, cepos, el eventual default”.
Sobre las críticas que en su momento recibió del Presidente, señaló que “Argentina gira siempre mirando al pasado y se siguen analizando los problemas con la lógica de los setenta o los procesos culturales de izquierda, que son muy nocivos para el país”.
“Hay cosas que ya no se discuten en el mundo, el orden fiscal, que no se puede gastar más que lo que ingresa. Ahora los países controlan el ingreso de los pobres que vienen de otros lugares, es un mundo más egoísta, más duro, pero es el mundo real que uno debe comprender”, dijo.